Vivimos rodeados de imágenes, en la calle, en la televisión, en nuestros teléfonos. Las imagen es siempre ha sido utilizada como transmisoras de la información, ya dice el refrán que una imagen vale más que cien palabras y no le falta razón, aunque en ciertos casos la imagen es necesario que vaya acompañada de un texto que la situe en un contexto. Desde el principio de los tiempos el dibujo se ha empleado como instrumento de la creatividad y en los últimos años las nuevas tecnologías informáticas han producido una revolución en este sentido, permitiendo por medio de las técnicas de representación 3D la creación de un modelo virtual realista o conceptual del producto que se quiere vender o producir. Este modelo de representación permite que el cliente pueda ver la materialidad del producto industrial antes de que sea manufacturado, pudiendo ver las diferentes posibilidades de acabados del diseño en cuanto a forma, color, textura, pudiendo insertarlo en un entorno virtual 3D que simule un entorno virtual, contexto del objeto.
El uso de infografias en arquitectura es cada vez mas frecuente ya que permite ver al cliente la imagen final del edificio construido y es sumamente importante cuando ese cliente es un promotor que quiere mostrar un producto atractivo a los potenciales compradores. También es interesante para aquellos que encargan el proyecto de una casa a un arquitecto y desea ver como va a quedar terminada en fase de proyecto para así poder introducir modificaciones espaciales y materiales al concepto inicial, para de esta manera obtener un producto que satisfaga a los futuros habitantes de la vivienda.
A veces el promotor, el cliente o incluso el propio arquitecto se cuestiona el hacer una inversión o gasto extra (según como se mire) para realizar unos renders interiores o exteriores de su proyecto. Si se piensa bien, el coste de una infografía es muy inferior en proporción, al coste total de la casa o edificio que se quiere realizar.
Cuando un promotor planifica su estrategia comercial para atraer a potenciales clientes y tener ventas, tiene que plantearse seriamente el encargar la realización por un profesional de unas buenas infografías y un buen video de la promoción que sepa poner en valor el producto en relación al tipo de cliente al que va dirigido.
A modo de conclusión decir que la realización de una serie de infografías o vídeos es muy rentable desde el punto de vista económico, ya que supone una puesta en valor del producto que se quiere vender.